Simetría
El general isabelino Gregorio Bucaray perdió en la batalla de Lizarra su pierna derecha.La reina, como prueba de reconocimiento, le envió a su mejor zapatero.El artesano se presentó una mañana de Octubre y con una delicadeza exquisita descalzó al militar, le hizo hundir su único pie en una pileta de escayola y se fue con el molde por donde había venido.Dos semanas después el correo de la Corte se presentó con la bota izquierda. Bucaray nunca tuvo una igual: no necesitó jamás sebo ni betún pues se mostró invulnerable al roce del estribo y a las sevicias del agua.El zapatero lustraba cada día la derecha; se le resistían, eso sí, un poco las manchas de sangre.
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