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Relatos de Aster Navas

Friday, May 27, 2005

Mi diario

Yo, Pablo Barbeito, salgo en los papeles. No, no soy una celebridad ni un personaje pero los diarios me reservan siempre –Pablo Barbeito acude al dentista; Barbeito se baña en la playa; Barbeito se corta el pelo- un espacio en alguna de sus páginas pares.
La primera vez que me vi en el periódico –Don Pablo Barbeito juega a la petanca- me sentí halagado pero bastaron un par de días para que me angustiara: no me sentía perseguido ni acosado por ninguna cámara pero me inquietaba que la prensa aireara –Pablo Barbeito de compras en el súper- mi vida privada.
Decidí llamar a EL ECO pidiendo explicaciones. Una telefonista me pasó con un supuesto alto directivo que me atendió –claro, amigo, no volverá a ocurrir- con ese tono inconfundible que se emplea para despachar a los locos. No sólo no me hicieron caso sino que a partir de ese momento las noticias –Barbeito bebe más de la cuenta; Barbeito tiene problemas de sobrepeso; Barbeito malgasta su sueldo- se volvieron agresivas. Las imágenes, claramente manipuladas, me mostraban bebiendo una pinta de cerveza, luciendo una tripa innoble o pegado a una máquina tragaperras.
Aquello me pareció excesivo y puse el tema en manos de un abogado que –no sabe cuánto lamento no poder ocuparme de su caso…- me acompañó hasta la puerta de su despacho con esa deferencia que reservamos para los pirados.

Decidí entonces que no iba a regalarles ni una sola imagen más y me encerré –Pablo Barbeito no ha acudido hoy a la oficina- en mi domicilio con la esperanza de acabar con aquel reality show. EL ECO, sin embargo, continuo dando cumplida cuenta –Barbeito prepara un pésimo arroz con setas; Barbeito abusa de los somníferos- de mi vida doméstica y me mostró en bata y zapatillas.
Me presenté en la redacción del tabloide, destrocé un par de ordenadores y exigí hablar con su Director: el tipo –mañana mismo, señor Barbeito, zanjamos este tema- me miró con esa sonrisa condescendiente que reservamos para los sonados y me regaló un cohiba.

Les he vuelto a llamar a media mañana: no me gusta nada la foto con que ilustran mi esquela.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Gracias por otro relato brutal

7:44 AM  

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